A lo largo de los últimos meses se ha engrosado el discurso alrededor de las cookies, debido a la aparición la ley AntiCookies. Sin embargo, teniendo en cuenta que en medio de todo el revuelo hay quienes viven con una gran confusión al no comprender enteramente de qué se tratan las cookies y cómo funcionan, a continuación explicaremos este asunto.
En primera instancia, el nombre “cookies” proviene del término informático Magic Cookies, el cual es asignado a aquella información que es enviada y devuelta del mismo modo en una petición. Pues bien, una web está conformada por una extensa variedad de paquetes de información que viajan bajo el protocolo HTTP (Hypertext Transfer Protocol), el cual denota el estado del usuario.
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Según las características del sitio web, los estados pueden variar en diferentes tipos como, por ejemplo, sesión iniciada, primera visita o tener productos en el carrito de compras, entre muchos otros. Esta información es recibida por el servidor y permite ofrecerle una experiencia personalizada al usuario, mientras el administrador recibe los datos de navegación (a los cuales ha accedido el usuario previamente) en pro de la optimización de la experiencia y demás elementos. En otras palabras, las cookies están conformadas por la unión de un código (el cual le da el nombre) y un valor asociado, y pueden ser creadas, modificadas o eliminadas del servidor, garantizando así la agrupación de la información puntual de cada usuario y, asimismo, una experiencia acorde a sus intereses.
¿Cómo funcionan las cookies?
Aunque el funcionamiento de las cookies puede llegar a ser un tema un poco más complejo, grosso modo, podemos resumirlo en un simple ejercicio: La primera vez que visitas un sitio web, el servidor genera una cookie nueva (código y valor) y la asigna a tu IP. Luego, cuando vuelves a ingresar al mismo sitio web, el servidor busca entre su base de datos la cookie que generó para tu IP y te ofrece el contenido que tú estás esperando encontrar, sea una sesión iniciada, un producto en tu carrito de compras, o cualquier otro elemento. En el caso de que la cookie haya sido eliminada, el servidor tomará tu ingreso como una primera visita y creará una nueva cookie para volver a iniciar el proceso.
¿Para qué sirven las cookies?
En el mundo del marketing digital, el uso de las cookies es algo fundamental, pues es a partir de estas que los administradores pueden garantizarle una mejor experiencia al usuario mientras recopilan información de valor útil para promover las ventas.
Por ejemplo, si el internauta ingresa a Mercadolibre.com y realiza una serie de búsquedas para adquirir un nuevo celular, esa información será recibida y almacenada por el servidor. Ahora, gracias a las cookies, cuando el usuario vuelva a navegar en la web es muy probable que se tope con información relacionada con celulares. Ello también puede ser aplicado en redes sociales, portales de información, etc.
Cabe mencionar que, teniendo en cuenta el modus operandi de la web, podemos encontrarnos con dos diferentes tipos de cookies; las cookies persistentes y las no persistentes.
Cuando hablamos de cookies persistentes, nos referimos a aquellas que cuentan con un tiempo de caducidad o, de no contar con dicho tiempo, se eliminan una vez el navegador es cerrado. En cambio, conocemos como cookies no persistentes a las que permanecen abiertas a pesar de que el ordenador haya sido apagado, de modo que el usuario encontrará el contenido que le compete incluso después de varios días.
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